Visitando el Rincón Jumbo y concurso

Hola amigos, ¿cómo les va? Espero que bien. Yo estoy pésimo porque probablemente esta sea mi última actualización antes de volver a las horribles clases. Después de un mes y medio de relajo, alegría y armonía, he de volver a encontrarme con el horario punta del metro, con la comida cara y el poco tiempo para dormir. En fin, un asco. Una próxima entrada se tratará sobre lo horrible que es estudiar e intentaremos ahondar en a quién rayos se le ocurrió que la educación era una buena idea.

Pero bueno, vayamos a lo importante. El día de hoy vengo a hacer justicia con la competencia del Líder: el Jumbo. No soy una fanática de este super, creo que lo único bueno que tienen son sus papas fritas y su característico y obeso elefante, todo lo demás es un robo y sale mucho más caro (y hay que caminar más, en mi caso)  que en mi amado Líder. Pero hay que ser justos en esta vida y hoy les hablaré de algo que parece ser muy popular entre la juventud: el Rincón Jumbo.

Tengo sentimientos encontrados con este rinconcito. Siendo honesta, diría que es pésimo porque la comida no es nada del otro mundo (de hecho, el pie de limón y el kuchen que te ofrecen es el mismo que está en la sección de pasteles ¿serán acaso las que no alcanzan a  vender? ¿estarán acaso en su fecha límite para ser consumidos? GRAN PREGUNTA) los precios tampoco son una ganga (¿han cachado que tengo una obsesión con las cosas baratas?) pero sí tienen puntos a favor. Comencemos con ellos.

Primero, fui al Rincón Jumbo porque lo único que quería era comer torta y tomarme un té (no me vengan con la tonterita de “cómprate una torta y te hacís el té en tu casa) y bueno, Maipú es bien fome cuando no se trata de comida chatarra (teníamos dos patios de comida distintos en un apenas una cuadra) sólo hay un par de cafés snobs donde el té sale cincuenta mil pesos y bueno, yo no quería gastar eso, así que la oferta era poca. Esto es algo que me di cuenta apenas hoy y me siento muy triste. Ni modo, la única opción que me quedaba para saciar mi hambre de torta y té era el Rincón Jumbo.

Si no han ido al lugar les cuento que el sistema para comprar comida es bien entretenido porque a la única persona a la que le tienes que hablar es a la cajera, así que te puedes permitir cambiar de elección de comida cuantas veces quieras (yo había elegido un pie de limón, después una de panqueque naranja y al final me decidí por la torta carolina y nadie me reclamó), te puedes echar todas las frutas que alcancen en el pocillo y todo el yogur que quieras y costará igual y no tendrás que soportar la vergüenza de no saber qué quieres comer.

Como les dije, lo primero que hice al entrar con mi amiga Daniela fue ver las tortas. Habían 3 tipos de tortas, pie de limón y un kuchen para elegir. Los precios iban entre los $1490 y los $2700, algo razonable ya que al menos los trozos eran grandes. El pie de limón costaba $990 y era una porción mínima y para eso es mejor caminar un poco más y comprarse el pie entero y compartirlo con tu familia y amigos, o mucho mejor, comértelo solo.  También tenían tiramisú y otros postres que no recuerdo y lo mejor: ¡mix de frutas! Habían bowls gigantes con yogur natural, frutilla, kiwi y piña. Todos saben que amo la piña y la frutilla (y si no lo sabe ahora se enteró) así que no pude resistirme y me eché como 3 kilos de cada una en mi pocillo (mentira, el pocillo fue lo peor de la visita al Rincón Jumbo, tenía como 2 cm. de profundidad, ideado especialmente para ahorrar fruta)  y desistí de tomarme el té.

Tal como les dije, el sistema es genial porque sólo tienes que deslizar tu bandeja hasta la caja y listo, no tienes que hablar con más personas ni esperar que te atiendan. Me recuerda a mis bellos años escolares comiendo en el casino del colegio, la tía siempre me avisaba cuando el postre era flan de chocolate y siempre me cambiaban el jamón de la ensalada por algo mejor.  Ay, qué recuerdos. Pero bueno, sigamos. Terminas de pagar tu comida y eliges una mesa donde sentarte. Esta es la mejor parte: tienen wifi gratis, una buena iluminación y lo más importante: ¡enchufes! Puedes cargar tu celular o computador gratis, algo que agradecí mucho ya que andaba con el celular sin batería y por eso tomé tan pocas fotos. Aquí una horrible foto del lugar:

Pero pasemos a la comida. Bien más o menos la cosa, la torta que elegí llegaba a ser empalagosa y estaba algo seca, empecé a comer antes de tomarle la foto así que aquí la pueden ver:

(¿para qué rayos le ponen ese kiwi si uno no se lo puede comer? qué manera de botar comida)

Sólo les diré que dejé torta y cuando fui a dejar la bandeja me dio mucha pena botar comida.

En cuanto al yogur con frutas: la frutilla estaba desabrida y el yogur tenía demasiado sabor, tanto así que le quitaba genialidad a la piña y a la frutilla. Un fiasco. Mi acompañante en esta oportunidad, mi gran amiga Daniela, opinó que estaba muy bueno. Yo no estoy de acuerdo. Aquí otra foto:

En resumen: la comida no es lo mejor del mundo, pero es una buena opción para pasar un rato y tomar once. Eso sí, jamás pidan el café helado, es basura total, y prueben la torta carolina  y díganme si es tan mala como la encontré yo o si sólo me tocó un mal trozo.

Les dejo la boleta de todo lo que comí para que juzguen ustedes: ¿es Cencosud el holding más carero?  ¿por qué pagan sus impuestos en el sector oriente? ¿hasta cuándo le llenaremos los bolsillos a Horst Paulmann? ¿sabían ustedes que desheredó a su hijo? ¿cuál es su multimillonario favorito chileno?

Y bueno, pasando a un tema nada que ver, les cuento que el día de hoy tenemos concurso.  Los premios son puras cosas que me hacen espacio en la pieza y que quiero botar a la basura  súper bacanes, acá van:

-       Un sticker de sailor moon

-       4 gomas de borrar de dinosaurio

-       Un pinche

- Una sorpresita

-       Un dibujo de lo que diga el ganador

-       Una tarjeta con mi hermoso dibujo “me rehuso al fin de las vacaciones”

-       Un enjuague bucal Colgate que me costó 330 pesos en las farmacias ahumada, mi farmacia favorita.

-       Si el ganador me cae bien le agregaré una sopa para uno.

Para ganar este increíble premio, sólo tiene que dejar su comentario sobre alguna de las entradas de este blog o del blog en general, y el mejor comentario ganará, obvio que yo elegiré el mejor comentario  y no utilizaré ni una de esas cosas para gente popular como random.org.

Participen o tendré que botar estas hermosuras a la basura.

Los quiero lectores, que tengan un feliz segundo semestre.

AY, OLVIDÉ DECIR QUE LOS GANADORES SE DAN EL DOMINGO ASÍ QUE PARTICIPEN YA